Historia
La Federación de Hermandades y Cofradías de Semana Santa de la Muy Noble y Leal Ciudad de Guadix, fue erigida canónicamente por Decreto episcopal del Excmo. y Rvdmo. Sr. Obispo de Guadix, Don Rafael Álvarez Lara, en el año 1.953.
El Obispo Rafael Álvarez Lara publicó, el 14 de febrero de 1953, un decreto por el que se crea la Federación de Hermandades y Cofradías de Semana Santa. Este organismo local se traza como metas las de aunar, coordinar, orientar y dirigir los actos de culto y las procesiones
Las hermandades que participaron en el momento de su gestación fueron las siguientes: Ntra. Sra. de la Esperanza, Ntro. Padre Jesús Nazareno, Nuestra Señora de los Dolores y Stmo. Cristo de la Misericordia, San Juan Evangelista, Stmo. Cristo de la Luz y Hermandad Sacramental del Santo Sepulcro.
La Federación nace con una fuerte vocación de integración e impulso de la Semana Santa. Sus miembros tratarán de involucrar a las autoridades civiles y militares, parroquias, y por supuesto, a las cofradías y a la Jerarquía Eclesiástica.
La Federación estaba dirigida por una Junta de Gobierno, integrada por el presidente, secretario y tesorero. Estos cargos eran elegidos anualmente por sorteo y turno entre los presidentes y tesoreros de las cofradías accitanas. Además, se crea un órgano más amplio denominado Mesa Permanente, formada por el delegado episcopal y la Junta de Gobierno de la Federación. Esta mesa permanente estaría asistida en sus funciones por las propuestas de una serie de comisiones específicas: Propaganda, Culto, Finanzas y Organización. Cada comisión estaba integrada por un presidente y tres vocales que procedían de las cofradías. Igualmente se concibió la Junta de Autoridades a la que pertenecen como miembros natos el obispo, alcalde de la ciudad, juez, comisario de Policía, responsable militar de la Caja de Reclutas, capitán de la Guardia Civil y deán de la Catedral. También funcionaban dos Juntas Consultivas; la primera, integrada por los párrocos y consiliarios; mientras que a la segunda pertenecían todos los presidentes de las Junta de Gobiernos de las Hermandades y Cofradías de Semana Santa. Sirva como ejemplo que en el año 1954 la Junta de Presidentes la formaban José Romero Ochoa -Cristo de la Luz-, Adriano López Peña -Santo Sepulcro-, Juan Peláez-San Juan Evangelista-, José Gómez -Ntra. Sra. de los Dolores-, Antonio Ochoa -Jesús Nazareno-, Ángel Imberlón -Ntra. Sra. de la Esperanza- y Luis Caballero -Smo. Cristo de la Flagelación-. La Mesa permanente estaba integrada por Domingo Fernández, delegado eclesiástico; Manuel J. Ortiz López, presidente; Eduardo Beas Laó, tesorero y José Galindo Salinas, secretario.
Las hermandades se volcaron con la Federación. En este sentido la Hermandad Sacramental del Santo Sepulcro tuvo una destacada participación en estos primeros pasos federativos. Manuel José Ortiz López dirigió la Federación en estos primeros años, José Galindo Salinas desempeña las tareas de secretario y Adriano López Peña se encargó de la comisión de propaganda, impulsando el concurso de carteles -idea surgida en 1952- abierto a los artistas de la ciudad con un primer premio de quinientas pesetas y un segundo con 250 pesetas. Otra de las actividades que pone en marcha será la de pregonar la Semana Mayor; en estos primeros años cumplen con este menester Agustín Serrano de Haro -1953-, Simón Reyes Troyano Campiña -1954-, y Carlos Asenjo Sedano -1956.
En 1953 ya se preparó desde la Federación de Cofradías el programa de los cultos y los desfiles procesionales de Semana Santa. Los desfiles procesionales comenzaban con la procesión de camareras de la Dolorosa que salía desde la Catedral, pasando por la Plaza de las Palomas, calle Ancha, Tárrago y Mateos, Mira de Amescua, Santiago, Ancha y de nuevo hasta el templo catedralicio. El sábado, la Hermandad Sacramental del Santo Sepulcro traslada en procesión la Vera Cruz hasta la Catedral para el acto de investidura de los nuevos caballeros, previsto para el domingo por la tarde.
El Domingo de Ramos a las 12:30 la Entrada de Jesús en Jerusalén -organizada por la propia Federación y considerada como la procesión de los niños- con el mismo recorrido que la procesión de camareras de los Dolores. El Lunes Santo a las 10 de la noche hacía su Estación de Penitencia el Cristo de la Misericordia cuyo recorrido era muy similar al actual.
El martes, a las ocho y treinta, hacía su Estación de Penitencia la cofradía de Ntra. Sra. de la Esperanza con un recorrido similar al actual, si bien suprimió la bajada por la cuesta de la Fuente y lo hacía por la calle Santiago. El miércoles desfilaba San Juan Evangelista, que partía de la iglesia de Santiago a las 20:30. El Jueves Santo, a las 20:30 de la tarde, desfila la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno que realizaba un recorrido muy diferente al actual, ya que ascendía por la calle Santiago hacia la Bovedilla, continuando por Gloria, Plaza de las Islas, Santa Ana, San Francisco, Cuchilleros, Ancha, Plaza de las Palomas, Concepción, Puerta Alta y Cuesta del Caño. A las doce de la noche iniciaba su Estación de Penitencia el Santísimo Cristo de la Luz con el mismo itinerario que el actual. Esta misma cofradía desfila a las 10:30 del Viernes Santo. En la calle Ancha se le incorporaba la Virgen de los Dolores -salía del templo catedralicio- continuando juntos por Tárrago y Mateos, Santiago...
En la tarde del Viernes, a las 20:30, desfila la Hermandad Sacramental del Santo Sepulcro que partía del templo de San Diego.
En la noche del Viernes Santo los horquilleros de la Virgen de las Angustias hacían turnos de guardia en torno a la Patrona y durante todo el sábado los accitanos podían acercarse a San Diego para darle el pésame. En estos primeros años la Virgen de los Dolores salía por tercera vez en la Semana Santa, haciéndolo en la noche del Sábado Santo. Por último, el Domingo de Resurrección, a las 11 de la mañana se celebraba la procesión de Cristo Resucitado a la que tenían obligación de asistir todas las cofradías y hermandades con el mismo itinerario que la procesión de camareras de la Virgen de los Dolores.
De esta manera valoraba las procesiones el delegado diocesano Domingo Fernández: "Es la piedad que en absoluto e impresionante silencio surge del corazón de las cuevas y recorre sus arcillosas cañadas en la más humilde penitencia; es el arte bellamente representado en sus estrechas, típicas e incomparables calles; es la majestuosidad de sus pasos y la estricta disciplina y honda piedad de sus penitentes. Es en fin lo más hermoso que corazón humano puede sentir ver cómo la gracia espiritual, fruto alcanzado en esos días, abre las puertas de la Caridad y todas las cofradías no permiten que sus hermanos pobres de Guadix pasen hambre, y algunos con ímprobos sacrificios, visten a los más necesitados...". Las proclamas a los accitanos se sucedían: "La Semana Santa de Guadix resurge con grandes ideales, llena de honda y sentida piedad...Piedad, respeto, silencio, son las notas dominantes de los solemnes y austeros días de Semana Mayor".
La hermandad de la Virgen de la Soledad se incorporaría en 1954.
En mayo de 1954 la Federación en particular y la Semana Santa en general sufrieron un serio contratiempo con la pérdida del magistral Simón Reyes Troyano Campiña. A instancias de la cofradía del Santo Sepulcro se reunieron los miembros de la Mesa permanente de la Federación y la Junta de presidentes. Constatada la opinión de los presentes, acordaron proponer al Ayuntamiento el nombramiento de Simón Reyes Troyano Campiña como hijo predilecto de Guadix y la concesión de la medalla de la ciudad. De igual modo se organizaron una serie de actos en colaboración con la cofradía de los Dolores. El día elegido fue el domingo de Pentecostés, en la Catedral, en presencia de las imágenes de los Dolores, la Esperanza, San Torcuato y San Sebastián, de cuyas cofradías era consiliario. La Federación acordó sufragar el arcón en donde reposaron sus restos.
En torno a 1955 tanto la Federación de Cofradías como las nuevas hermandades que se fueron incorporando a la Semana Santa culminaron con éxito estos primeros pasos; en este sentido el Semanario Acci inserta en sus páginas una serie de noticias, artículos y entrevistas sobre la Semana Mayor accitana. Se jacta que ya son diez las cofradías "...dispuestas a superarse sin regateos de posibilidades ni sacrificios. Cada una de ellas tienen de por sí introducidas innovaciones que guardan en el mayor sigilo con el fin de causar una mayor y más grata sensación en el día de su salida". Las procesiones de este año habían supuesto unos ingresos a la Federación de 10.130 pesetas gracias a una campaña de donativos. En 1959 el periódico Amanecer da cuenta a sus lectores de la incorporación una nueva hermandad, la del Santísimo Cristo del Descendimiento, gracias a la perseverancia de sus mentores: Antonio Vera, Juan Antonio Espigares y José Fernández y el párroco de Gracia, Rafael Varón.
Esta breve reseña histórica ha sido elaborada por el Dr. Santiago Pérez López, accitano e historiador.